viernes, 6 de junio de 2014


FLORENCIA

                                                 Florencia: río Arno   (Foto J. Molero)


                                                  Florencia: Catedral   (Foto J. Molero)

      Son sin duda muchos los escritores españoles que han viajado a Florencia,  pero, siguiendo con nuestra relación cronológica, de momento he encontrado dos en la Edad Media, Juan Fernández de Heredia y Juan de Alarcón.

 Juan Fernández Heredia


      Fue un escritor, mecenas, político y diplomático aragonés, nacido en torno a 1310 en Munébrega (Zaragoza) y fallecido en Avignon en 1396, aunque sus restos reposan en un sepulcro de la Colegiata de Santa María la Mayor de Caspe (Zaragoza). Desde 1328 era miembro de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, orden religiosa y militar también conocida como Orden de Malta o de los Hospitalarios. Participó en la Guerra de los Cien Años al lado de los franceses. Fue Castellán de Amposta, la dignidad más alta de la Orden en la Corona de Aragón, desde 1346 a 1377, y Gran Maestre de dicha Orden desde 1377 hasta su muerte en 1396.
       Los freires caballeros del Hospital estaban obligados a guardar los votos de obediencia, castidad y pobreza, además del voto a las armas en defensa de la fe de Cristo. De acuerdo con los estatutos, debían mantener la promesa de que no tendrían nunca esposa ni riqueza ni ingresar en otra Orden. A pesar de todo, algunos mantuvieron concubina y tuvieron hijos ilegítimos. Como se ve en numerosos testimonios del siglo XIV, esto no sólo era privativo de los hospitalarios. En el Libro de Buen Amor, de Juan Ruiz, se hace una relación significativa de todos aquellos que salieron a recibir a don Amor en la batalla de don Carnal con doña Cuaresma:

            Las carreras van llenas de grandes proçesiones,
            muchos omes ordenados, que otorgan perdones,
            los legos segrales con muchos clerisones,
            en la proçesión iva el abad de Bordones.
            Órdenes de Çister con las de Sant Benito
            la orden de Crusniego con su abat bendito,
            quantas órdenes son non las puse en escrito,
            venite exaltemus, cantan en alto grito.
            Orden de Santiago con las del Hospital,
            Calatrava e Alcántara con la de Buenaval,
            abades beneditos en esta fiesta tal,
            te amorem laudamms, le cantan et ál.

      Juan Fernández de Heredia tuvo, al menos, cuatro hijos como se acredita en documentación conservada.
      En cuanto a sus trabajos literarios, históricos y humanistas en general, Juan Fernández de Heredia fue el patrocinador en el reino de Aragón de un trabajo muy similar al que en Castilla desplegó Alfonso X el Sabio, ya que hizo traducir obras de distintas lenguas al aragonés y también impulsó y dirigió la elaboración de crónicas. La mayor parte de su obra recaló en la biblioteca del marqués de Santillana, don Iñigo López de Mendoza. Fue el primero en encargar una traducción de Tucidides en una lengua romance, el aragonés, y lo mismo hizo con El libro de Marco Polo. En las obras producidas por el scriptorium de Juan Fernández de Heredia, destacan Grant Crónica de Espanya, Grant corónica de los conqueridores, Libro de los fechos et conquistas del principado de la Morea, traducción de las Vidas Paralelas de Plutarco, etc. En los códices de Fernández de Heredia se unen arte y literatura, texto e imagen. Sus rasgos externos nos aportan también datos importantes de sociología literaria, del mismo modo que sus miniaturas no sólo cumplen una función ornamental, sino que también subrayan la ordenación del texto.



      En el fresco “Iglesia triunfante”, en la llamada capilla de los españoles de Santa María Novella, aparece junto al Papa un personaje de edad madura, calvo y de barba bifurcada, con la cruz de los sanjuanistas o de Malta. Algunos estudiosos creen que es Heredia.

Juan de Alarcón 


      Nació en Cuenca, hacia 1395, era de noble familia y perteneció Orden de San Agustín. Viajó por Italia y frecuentó la corte literaria de Juan II, iniciando una amistad con Álvaro de Luna, a quien dedicó su Libro del regimiento de señores, un manual para la educación de príncipes que aúna enseñanzas espirituales, consejos para el uso de la autoridad y normas de gobierno. El libro está dividido en seis partes y en él se refleja la huella de Egidio Romano: Dios reparte entre los pueblos algunos malos regidores, pero todos representan a Dios, que los perdona si consultan a los eclesiásticos. Murió en 1451. 
     Estuvo en Florencia en el año 1419 y explicó la Biblia en el convento de la orden de los agustinos, a la que pertenecía. Tal convento no existe hoy pues se arrasó en un incendio. Sobre sus restos se construyó la Basílica de Santa María del Santo Spirito., un hermoso ejemplar de la arquitectura del Renacimiento.